Para los románticos, para los apasionados,
para los soñadores y enamorados,
para los solitarios, para los que callan,
para los que atraviesan el espejo con una mirada.
Para los que recuerdan con lágrimas
y mojan almohadas cada noche,
para los que aman, para los que no les funciona el olvido,
para aquellos que todavía suspiran.
Para los que escriben y tocan el corazón con palabras,
para los que tienden al sol el corazón, para los que sienten,
para aquellos que de amar no se arrepienten,
para los que se ilusionan, para los que perdonan.
Para los entregados, para los que no se rinden,
para todos aquellos que deseen incluirse en la lista,
para los que los sentimientos valgan más que el temor,
para los que aun creen,
para los que una herida todavía les duele.
Para los imperfectos, que tienen uno o más defectos,
para los desconsolados que buscan consuelo,
para los que piensan que la esperanza se cansa de esperar,
para los que se quedaron con besos pausados.
Para los que necesitan palabras para acompañar su alegría
o para llorar con su tristeza,
para aquellos como tú que por casualidad llegaron hasta aquí,
y para mí, que a pesar de todo… Me negué a rendir.
Para todo este numeroso grupo de hombres y mujeres,
de niños y niñas, de jóvenes y jovencitas,
de abuelos y abuelitas, de madres e hijas,
de padres e hijos, de hermanos y hermanas,
De novios y novias enamorados,
de esposas y esposos que se aman,
y para quien en este momento esté solo, sin nadie.
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